¡La cubierta se convierte en un póster desplegable!
El famoso cuento de Dickens, convertido en todo un clásico de la Navidad, en una edición ilustrada para toda la familia.
Ebenezer Scrooge es un anciano tacaño que odia la Navidad. Hasta que cierta Nochebuena recibe una inesperada visita: el fantasma de su socio Jacob Marley, muerto siete años antes. Así comienza una larga y complicada noche que cambiará para siempre la vida del cínico hombre de negocios.
Preciosa encuadernación.
Me ha encantado, muy buena encuadernación, además la cubierta se convierte en un precioso póster de adviento y la cubierta dura está impresa con el mismo diseño. Muy apropiado para estas fechas y un detalle estupendo para regalar. Sobre la historia, nada que decir, es un clásico de (para mí) uno de los mejores escritores. Contiene algunas ilustraciones, aunque no la considero una versión para niños, sí para leérsela, claro.
Un clásico maravilloso en una preciosa edición.
Qué maravilla de lectura, no puedo decir otra cosa. A pesar de ser una historia archiconocida, está llena de matices, de sentimientos. Me la he bebido en un suspiro y hasta me ha arrancado algunas lagrimitas de emoción. Es realmente un canto al espíritu navideño, a esos pequeños o grandes gestos que pueden cambiar vidas. La propia vida, la de los demás, el mundo entero, por extensión.
Scrooge es un amargado de manual, y no es hasta casi el final del libro que descubrimos lo que lo llevó a ser asi y a tirar no solo su vida por la borda, sino casi su alma. Es el miedo a la condenación y al sufrimiento eterno lo que comienza por remover sus entrañas, pero el cambio va mucho mas alla y acaba por convertirlo en alguien nuevo, alguien con amor y respeto por la vida y que comprende por fin el verdadero valor de las cosas y no solo el valor material.
He disfrutado mucho de la narración, fluida y amena. De las imágenes y pensamientos en ocasiones absurdos o teatrales, como rescatados del límite del sueño. Scrooge no tiene muy claro si está dormido o despierto en ocasiones, y reacciona de formas curiosas, además de tratar de aplicar la lógica a una situación que no la tiene. Y asi, sin darte apenas cuenta, llegas a la última página y sonries, y cierras el libro acariciando la tapa, y sabes que volverás a leerlo otra Navidad. Muchas Navidades, seguramente. Es una de esas historias que merece la pena recordar.